miércoles, 21 de diciembre de 2011

Veintitrés(Elena):

¡Esto era un sueño!
Estaba teniendo una conversación de lo más normal con Manuel. No había tartamudeado ni una sola vez. Incluso me reía.
Estábamos en la Plaza Mayor de nuestro pueblo, sentados en un banco. Cristina y yo estábamos sentadas entre los dos chicos. Ella hablaba con Gonzalo y yo, con Manuel.
En esta hora que llevaba hablando con él, había descubierto que era mucho más simpático de lo que creía. Creo que me estoy enamorando aún más de él. ¿He dicho enamorando?. Lo pensé un segundó mientras me perdía en sus ojos.
Si, era verdad. Estaba completamente enamorada de Manuel. Y aquella situación, lo dio por hecho.
Hablábamos de lo que nos gustaba hacer, en qué empleábamos nuestro tiempo libre, etc...
-A mí me gusta mucho leer, el cine, la música y estar con mis amigas, como es lógico.
-A mí también me gusta mucho leer, pero ahora con mis estudios, no puedo leer mucho, que digamos- añadió en una bonita sonrisa.
Su sonrisa me dejó hipnotizada. Es que es tan guapo, tan bueno, tan... Era mejor que no me perdiese por mi mundo, si no quería perder el hilo de la conversación.
De pronto, Cristina se levantó. Me quedé mirándola. Gonzalo también se levantó. Mi amiga me miró y dijo:
-Voy a comprar gominolas, ¿queréis algo?.
-Espera, que voy contigo- dije.
-¡No!, ya voy yo con Gonzalo. Tú quédate aquí con Manu y sigue hablando con él.
-Pero...
-Ni peros ni nada, Elena. Te quedas aquí con mi amigo. No creas que voy a secuestrar a tu amiga. Puedes estar tranquila que no va a pasarle nada- dijo Gonzalo.
Estaban intentando dejarme a solas con Manuel. Esta me la pagaba Cristina. Así que me tuve que resignar y quedarme allí sentada. Eso sí, mi amiga no se libró que la mirase mal mientras se iba riendo con Gonzalo.
-Hay que ver como se ha puesto tu amiga en cuanto le has dicho que querías ir con ella- dijo Manuel.
-Está loca- dije y lo miré.
No sé por qué, pero sonreí.
Él también lo hizo y un millón de mariposas revolotearon por mi estomago.
-No sé lo que podrán estar tramando- dijo él.
Me encogí de hombros, pues tenía una ligera idea de lo que tramaban.

No hay comentarios:

Publicar un comentario